El invierno es bravo para los motociclistas, pero hoy el cielo está hermoso y no hace frío, así que, después de almorzar, agarré la piccolina y salí a la ruta a despuntar el vicio. Cuando llevaba hechos unos 15 kilómetros observé, delante de mi, otra moto de baja cilindrada que transitaba a baja velocidad. Al disponerme a superarla, me dí cuenta que era mi amigo José asentando la Hondita Titan 150 que compró hace poco. Paramos y después del saludo, coincidimos en ir hasta una laguna cercana a la ciudad de Chivilcoy, distante unos 25 kilómetros de donde estábamos. Ya en la laguna, caminamos un poco, charlamos y nos pusimos al día con nuestros asuntos y al rato, montamos nuestras niñas y regresamos a a casa.
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