En esta Kawasaki se observa un gran trabajo de diseño retro. El faro redondo y pequeño, el manubrio bajo, la utilización de pinturas y materiales que imitan el metal oxidado, la ausencia de plásticos, etc. Pero también podemos ver un conjunto de frenos delanteros y de suspensiones modernas que rompen con el estilo que domina en la moto. Sin embargo, a pesar de estos aditamentos, el cuadro no se desequilibra, sino todo lo contrario, adquiere fuerza y estilo creando una máquina compacta y agresiva a la vez.
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